martes, 15 de abril de 2008

Sigue tu naturaleza

Caminaba por la esquina de Ghandi y Av. Reforma, en la Ciudad de México Cuando vi una exposición en plena calle. Era enorme, del tamaño de esos anuncios conocidos como “espectaculares”.

Era un trabajo artístico de color gris obscuro, que imitaba al concreto. Pasando por el medio, tenía lineas que imitaban las gráficas de las estadísticas económicas.

Entre esas rayas, aparecía pasto, sobresaliendo. Con curiosidad, me acerqué y leí que significaba. Según el artista, este trabajo explica la relación que existe entre las construcciones de las ciudades y la naturaleza.

La parte gris obscura representa a las construcciones hechas por los humanos. La gráfica significa la vida de negocios que se lleva en el mundo. El pasto que sobresale, representa a la naturaleza eliminada temporalmente por la ciudad, que trata de tomar su lugar otra vez, y acaba desplazando a las construcciones humanas.

El artista remata con la idea, de que el hombre nunca va a eliminar la naturaleza. Esta tarde o temprano reclama su lugar.

No es diferente en tu vida. Tienes una naturaleza propia que tienes que seguir. Eso se refleja en hacer lo que más te gusta, lo que más te apasiona.

Cuando decides no seguir los impulsos de tu corazón y eliges hacer solo lo que conviene o lo que otros te dicen, es como si construyeras una ciudad artificial dentro de ti.

Construyes un mundo en el que la conformidad es la regla. Compras un coche, porque tu amigo tiene uno. Compras una televisión con pantalla grande, porque el vecino la tiene.

Lo que gradualmente comienzas a percibir, es que no te sientes satisfecho. Te sientes prisionero de las reglas sociales y las expectativas de otros.

Y es entonces cuando tu naturaleza comienza a querer imponerse y salir, porque la habías eliminado. Nunca la podrás eliminar. Es como el pasto en la obra de este artista, la voz de tu alma te comienza a gritar para que la sigas y te atormenta.

Son señales de hastío, enfermedades y depresión, las que te indican que algo no está bien. Puedes elegir suprimirlas. Pero como en el caso de la raíz de un árbol cortado, que lucha por salir debajo de una banqueta y la deforma, así tu naturaleza te va a estar exigiendo que sigas los impulsos de tu corazón una y otra vez, afectando tu cuerpo.
Tienes que preguntarte si lo que haces te da salario emocional ¿Qué es eso? Es el grado de emoción y satisfacción interior que sientes al hacer tu trabajo o las cosas que haces día a día.

El cuerpo vive de comida. El espíritu, de emociones. Si no ganas dinero, no te podrás alimentar, vas a adelgazar y tener enfermedades. Pero si no ganas salario emocional…

Tu espíritu va adelgazar y enfermar. Aunque alimentes bien a tu cuerpo. Y las enfermedades del alma, afectan al cuerpo.

Cuerpo y espíritu están unidos.

Así que, como el pasto en la obra del artista, tu naturaleza va a estar intentando salir todo el tiempo si la sigues suprimiendo. Mejor deja que salga. Después de todo, las carrozas funerarias no traen cajuela. Cualquier cosa que consigas con emoción, es lo único que te llevarás: la satisfacción de que hiciste lo que más te gustaba.

Si desperdicias toda tu vida en obtener cosas que realmente no te gustan…

Acuérdate de la cajuela. Así que…
¡Ha hacer lo que más ames! La vida vale la pena vivirla. Solo haz lo que mas te guste

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