martes, 23 de diciembre de 2008

Brindis por la montaña


Brindo por la hembra brava,
que es orgullo de esta tierra
por la inocencia que encierra
en su desnudez de esclava.

Por su majestuoso porte
y su blanquísimo pecho
su amor fatídico lecho
del tímido que la ignora
que en sus brazos gime y llora
y de angustia desespera.

Brindo por los placeres
del que sabe conquistarla,
del que sabe que de amarla
es morir cuando ella quiera.

Y es placer de los audaces
el gozarla en sus entrañas,
y es un amor que no daña
el deslizarse por sus flancos
o por su vientre blanco.

¡Brindo… por la montaña!

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